El gran despliegue de las renovables en los últimos años en nuestro país, que en 2023 ya generaron la mitad de la electricidad en nuestro país, ha venido acompañado de una creciente oposición en parte del mundo rural, donde la instalación de paneles solares se ve como una amenaza para el medio de vida de los agricultores.
En el impulso de la agro voltaica, el sector pretende demostrar que estos dos mundos, lejos de estar opuestos, pueden ser un matrimonio bien avenido.
“Agricultura contra energía fotovoltaica es una falsa dicotomía. La fotovoltaica no es un problema para el mundo rural, es una oportunidad”, según ha explicado el director general de la Unión Nacional de Energía Fotovoltaica (UNEF), José Donoso, durante unas jornadas sobre la agro- fotovoltaica celebradas en Toledo esta semana
Con unos veranos cada vez más largos e intensos en la España seca, zona cero de la crisis climática, la instalación de paneles solares puede servir para generar electricidad con "el exceso de radiación que no usan las plantas", según el profesor Ingeniería de la Universidad de Jaén y experto en renovables Pedro Pérez Higueras "la agricultura y fotovoltaica se van a llevar muy bien porque van a compartir un recurso y no competir por el", señala, y además cita otras ventajas como el ahorro de agua. ya que al bajar la temperatura del suelo se reduce la evaporación.
José María Delgado, profesor de Física de la Universidad de Sevilla y también especialista en fotovoltaica, quien señala que a la hora de hablar de agro-voltaica, "uno mas uno es más que dos", por que la combinación de dos actividades en el mismo terreno permite aumentar la rentabilidad y proporcionar una "fuente doble de ingresos".
En esta línea van también las conclusiones del primer informe sobre agro-voltaica presentado por UNEF, la patronal fotovoltaica, en dichas jornadas en Toledo. Este análisis muestra que la coexistencia entre energía solar y agricultura podría permitir un aumento del 30% en el valor económico de la tierra y un incremento de entre el 60% y 70% en la productividad total.
Pérez Higueras, por su parte, ha citado el potencial de integrar las placas solares en un cultivo emblemático en España como es el olivo. Según un estudio científico publicado el año pasado, si el 1% de las hectáreas dedicadas al olivar se transformaran en agro-voltaicas, se sumarían 9,7 GW, lo que aumentaría la capacidad instalada de energía fotovoltaica en un 46%.
A pesar de estos prometedores horizontes, lo cierto es que esta tecnología todavía está en una fase muy primigenia, “como la fotovoltaica hace 25 años”, según lo ha descrito Pérez Higueras. Hay investigación, pero solo un puñado de casos prácticos.
Para Delgado, una de las principales limitaciones es el "vacío legal" a nivel europeo, que ”no hay una definición clara de cómo la PAC puede afectar a estos proyectos”. Los agricultores que reciben ayudas de la Política Agraria Común de la Unión Europea, explica, no quieren asumir el “riesgo” de combinar sus cultivos con instalaciones solares por miedo a perder estas subvenciones, más aún en un momento de crisis del sector que ha provocado numerosas protestas y tractoradas en las últimas semanas.
Por ello, expertos y promotores solares abogan por “explicar bien las cosas al agricultor”, como asegura el experto de la Universidad de Sevilla. En el sector del campo todavía se mira con recelo un modelo con pocos resultados concluyentes hasta el momento. “Hace falta mucha más divulgación y explicar los beneficios que pueden surgir, porque a nivel de experiencias piloto se han probado muchísimos”.